Mejor incluso ha sido la revisión al alza de los números del pasado diciembre, cuando el mercado de trabajo creó 329.000 empleos. El paro, sin embargo, ha repuntado en una décima. Está en el 5,7%. Menos de un punto por debajo de lo que la economía clásica considera como pleno empleo. Los expertos explican que la ligera subida se explica porque regresan los parados de larga duración, dispuestos a encontrar empleo tras haber abandonado la búsqueda durante años.
Los datos avalan las políticas expansivas que quiere impulsar la Casa Blanca durante los últimos años de su mandato. Esa socialización de la bonanza a la que aludió Obama en su reciente discurso del Estado de la Unión tendrá que plasmarse en acuerdos bicamerales respecto al presupuesto federal. Aunque los principales representantes del partido republicano han anunciado que no se lo pondrán fácil, el congresista Paul Ryan acaba de reconocer en un comunicado que los nuevos datos de empleo son "una buena noticia". Cada día cuesta más negar que la economía estadounidense se aleja de los fantasmas de la Gran Recesión. No en vano son ya 11 meses consecutivos de creación de empleo, "la primera vez ocurre desde hacía dos décadas", tal y como ha señalado el economista Jason Furaman, consejero de la Casa Blanca.