Ayer los partidos gobernantes yemeníes no lograron llegar a un acuerdo y los hutíes advirtieron que en los próximos días se encargarían de crear un mecanismo para la transición del poder.
El domingo pasado los hutíes presentaron un ultimátum, dando a los demás partidos políticos tres días de plazo para resolver la crisis política. En caso contrario amenazaron con imponer su propia solución: reglamentar los órganos de poder estatal y crear las condiciones para el período de transición.
El movimiento de los hutíes, o Ansar Alá (Seguidores de Dios), surgió a principios de los noventa y en la década siguiente se levantó en armas en varias ocasiones reclamando del Gobierno mayor autonomía y privilegios para su provincia natal, Saada, en el noroeste del país.
En 2011 participaron junto con otras fuerzas en la rebelión contra el presidente Alí Abdalá Saleh.
En agosto de 2014 los hutíes consiguieron tomar la capital del país, Saná, tras varias semanas de protestas antigubernamentales que exigían restablecer los precios subvencionados del combustible.
En septiembre lograron varios acuerdos con las autoridades para poner fin al conflicto, pero no respetaron la exigencia de retirar a los milicianos.
Los hutíes controlan actualmente amplias zonas de Yemen y reclaman una mayor participación en el Gobierno, así como un pacto contra la corrupción.