Entre los adversarios de la nueva política de la Administración Obama destaca el senador republicano, Marco Rubio, de ascendencia cubana, quien exige que la Habana en primer lugar lleve a cabo reformas democráticas.
"El pueblo cubano es el único del hemisferio que durante décadas no ha participado en las elecciones libres y limpias", declaró el político en una audiencia en el Senado estadounidense.
Rubio también se preguntó por qué EEUU debe ser más paciente en esa cuestión con Cuba que con otros países.
Otro senador de origen cubano, Bob Menéndez, dudó que las relaciones diplomáticas y el comercio con EEUU favorezcan al bienestar de los cubanos.
El diario recuerda que para abolir el embargo contra la Isla, introducido hace más de 50 años, se requiere el apoyo del Congreso, que es poco probable que se logre en un futuro próximo.
"No se debe olvidar que el lobby anticubano en EEUU sigue siendo muy poderoso y sus representantes están descontentos con la iniciativa de la Administración en pro de Cuba", dijo el subdirector del Instituto ruso de América Latina, Borís Martínov, en declaraciones al rotativo.
Según el experto, los opositores son capaces de presionar a legisladores para que ellos pongan nuevas condiciones al Gobierno cubano, enlazando el restablecimiento de las relaciones con serias concesiones políticas por parte de la Habana.
Cuba, a su vez, reaccionaría a estas exigencias con moderación o críticas, ya que la revolución cubana tuvo el carácter más nacionalista que socialista, agregó Martínov.
"Así que no se debe esperar que en un futuro próximo las relaciones entre EEUU y Cuba se conviertan en buenas", concluyó el experto.