"Tenemos estrechos lazos históricos, culturales y económicos; no permitiremos a nadie a romperlos, es imposible," afirmó el mandatario bielorruso en una gran rueda de prensa anual.
Además expresó la esperanza de que el 70 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial recuerde a las tres naciones que solo "codo con codo" se puede superar los tiempos penosos.
Lukashenko agregó que la tragedia del hermanado pueblo ucraniano acentuó la importancia de mantener la paz y estabilidad en Bielorrusia.
"Nunca habrá un Maidán en Bielorrusia", recalcó el presidente, refiriéndose a los enfrentamientos en la plaza principal de Kiev del año pasado, que anticiparon el golpe de Estado en Ucrania. También dijo que es capaz de impedir "la guerra fratricida" en el territorio bielorruso.