El Juzgado de Instrucción 4 de Granada levantó el secreto de sumario. Según el auto, el padre Román, cabecilla del grupo, ejerció "conductas con un carácter particularmente degradante y vejatorio hacia el primer denunciante, que fue víctima de los abusos cuando tenía entre 14 y 17 años".
El escándalo estalló el pasado mes de noviembre al ser detenidos tres sacerdotes y a un seglar, miembros del denominado clan de los Romanones, por presuntamente abusar de menores a los que captaba como monaguillos. Los sacerdotes los utilizaban supuestamente para "prácticas sexuales desenfrenadas no exentas de orgías y masturbaciones colectivas". Este es mayor escándalo de pederastia destapado en la iglesia católica española hasta ahora.
El denunciante denunció que "las prácticas sexuales más frecuentes iban desde masajes a masturbaciones y besos en la boca". El joven explicó estos abusos en una carta enviada este verano al papa Francisco. El joven, que hoy tiene 24 años, pidió ayuda al Papa, quien le contestó personalmente por teléfono para pedirle perdón "en nombre de la Iglesia de Cristo" y mostrarle su solidaridad por el "sufrimiento" padecido durante su adolescencia como monaguillo en la parroquia de Granada san Juan María de Viannei.
El Papa Francisco le aseguró que iba a depurar responsabilidades. El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, fue criticado por su silencio ante unos hechos que conocía personalmente. El Vaticano le exigió colaboración.