"Insistimos en que se cesen de inmediato las provocaciones contra representantes rusos, desatadas por los servicios de inteligencia de EEUU", dice un comunicado de la cancillería rusa. Agrega que Moscú aboga por el respeto a los derechos de Buriakov y pide su próxima liberación.
Lukashevich constata que "a raíz de la postura hostil de EEUU las relaciones entre Rusia y EEUU ya hace mucho que pasan por un periodo difícil". Según el funcionario las recientes acciones de EEUU sugieren "una nueva vuelta de tuerca en la campaña antirrusa".
El 26 de enero el FBI detuvo en Nueva York a un supuesto espía ruso, sospechoso de reclutar fuentes y recoger información económica. Se comunica que dos miembros más de la supuesta red de espías, Ígor Spórishev y Víctor Podobni, gozan de inmunidad diplomática y no residen actualmente en el territorio de EEUU, por lo que no han sido arrestados.
Según la Fiscalía, Spórishev y Podobni trataban de reclutar a empleados de compañías estadounidenses y mantuvieron unos 50 encuentros desde marzo de 2012 hasta el septiembre pasado.
Los tres sospechosos, presuntamente agentes del Servicio ruso de Inteligencia Extranjera, podrían ser condenados a hasta 15 años de cárcel en EEUU.