En una ceremonia ancestral realizada en las ruinas precolombinas del imperio Tiwanacota, la civilización más antigua de Suramérica, los pueblos indígenas pidieron a la naturaleza y al cosmos confirmar al presidente de origen aimara como líder nacional y continental. Evo Morales recibió así de manos de los sabios de esa cultura, el cetro sagrado que le confiere la autoridad espiritual para gobernar Bolivia hasta el 2020.
“Es un día especial, histórico, de reafirmación de nuestra identidad, de reafirmación de nuestra revolución democrática cultural”, afirmó Morales ante miles de seguidores e invitados que, a pesar del frío, lo acompañaron en el ritual milenario. “Estamos viviendo tiempos del Pachakuti, pacha quiere decir equilibrio, kuti quiere decir retorno, entonces Pachakuti quiere decir retorno al equilibrio, retorno a la igualdad con políticas de solidaridad y complementariedad para este proceso de cambio", expresó.
Aunque según las antiguas creencias, el Pachakuti se inició el 21 de diciembre del 2012, a los efectos políticos comenzó en el año 2006 con la llegada del Movimiento al Socialismo (MAS) al poder. Al frente, el primer presidente indígena de la historia de Bolivia. En sus primeros tres años de mandato consiguió promulgar una nueva constitución que reconoce a Bolivia como un Estado Plurinacional compuesto por 36 culturas, entre las que se encuentran la quechua, la aimara y la guaraní.
“Evo Morales es un líder político fuera de serie. La fuerza de su liderazgo, fundada en el protagonismo de los movimientos sociales, se está encargando de romper con varios mitos de la historia de Bolivia,” afirmó en entrevista reciente para Sputnik, Hugo Moldiz, analista político y escritor, quien acaba de ser nombrado Ministro de Gobierno.
Y no es para menos. Ahora, reelegido para su tercer mandato con un 62 por ciento de los votos, Morales está a punto de convertirse en el jefe de Estado con más tiempo de manera consecutiva al frente de la nación. Al término de su gestión, en 2020, el líder indígena será el inquilino con más años en el Palacio Quemado, aunque para entonces la sede del Ejecutivo será la Nueva Casa Grande del Pueblo, un edificio inspirado en la arquitectura precolombina.
En sus nueve años de gobierno, Evo Morales ha priorizado la defensa de los derechos de los pueblos originarios, la lucha contra la pobreza, la igualdad de los bolivianos y la industrialización del país.
“Todas las políticas, programas sociales y económicos nos han permitido que Bolivia no solo sea conocida, sino respetada. Es la lucha de los movimiento sociales, Tenemos un Estado plurinacional digno”, afirmó el Jefe de Estado.
Bolivia, que por décadas encabezó el listado de los países más pobres de Latinoamérica, ha pasado en dos lustros a ser una de las economías más pujantes de la región. En 2013 alcanzó un crecimiento récord del PIB del 6,83 por ciento, superando incluso la previsión gubernamental y de los organismos internacionales. En 2014 mantuvo altas cifras al sobrepasar el 5 por ciento. En estos años, se ha reducido la pobreza extrema del 28 al 18 por ciento y el salario mínimo ha crecido en un 277 por ciento.
Pero lo conseguido por Evo durante su gestión es mucho más que conquistas materiales. “El principal logro del proceso es haberle dado la palabra y la voz a los más humildes. Haber vuelto personas a los que no eran considerados por la historia. Es un logro intangible que va más allá de la materialidad, es un proceso de autoestima individual y colectiva que dignifica al ser humano”, reflexiona Moldiz.
Esos argumentos le permiten al dirigente boliviano asegurar que los pueblos indígenas sabían que su tiempo volvería. "Hemos vuelto no pudieron hacernos desaparecer, estamos para gobernar nosotros mismos", subrayó Evo al retomar las palabras del líder indígena Túpac Katari, que en 1871 se rebeló contra los colonizadores y antes de ser asesinado auguró "volveré y seré millones".
Más allá de sus fronteras Bolivia se ha convertido en referente mundial, no sólo en la defensa de los derechos los pueblos originarios, sino también por su filosofía del “vivir bien” que implica entre otras cosas, la armonía con la naturaleza. “Todos somos responsables de este único mundo, no es cuestión de razas, no es tema de colores, porque no es el color de mi cara lo que te va a matar, sino es el color del agua y el olor del aire que respiras”, dijo Morales.
Y es que, a pesar de las voces críticas a su persona y a su gestión, y de los muchos retos a los que sin duda se enfrentará durante este nuevo mandato, lo cierto es que Evo Morales ha sido fiel a un viejo proverbio aimara que reza “Hay que mirar el futuro, viviendo el presente; pero sin olvidar el pasado”.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK