La encuesta pública fue autorizada por la ministra del Interior Theresa May, el pasado julio, coincidiendo con una fase de extrema tensión en las relaciones entre Reino Unido y Rusia.
Sir Robert ya presidió una investigación anterior sobre las circunstancias del presunto asesinato del exagente del KGB y la FSB, que quedó inconclusa debido a la imposibilidad de acceder a documentos altamente confidenciales del gobierno británico.
La nueva revisión del polémico caso examinará ficheros clasificados e interrogará a puerta cerrada a un "grupo reducido" de oficiales, cuyos testimonios se han juzgado factibles de afectar a la seguridad nacional de Reino Unido.
El resto de las sesiones serán públicas y las deliberaciones, así como las declaraciones orales o escritas, se recogerán en el portal informático de la encuesta (www.litvinenkoinquiry.org) al término de cada jornada.
La viuda e hijo de Litvinenko, Marina y Anatoly, forman parte del núcleo central de los participantes en esta fase de los trámites, que tiene lugar en la sala 73 de la sede londinense del Alto Tribunal de Inglaterra y Gales.
En los banquillos cercanos se sentarán los representantes legales del Comisionado de la Policía Metropolitana de Londres, del Home Office y del Instituto de Armas Atómicas.
El juez presidente cuenta con su propio equipo de representantes legales, que conducirán la gran parte de los interrogatorios. Está previsto que las vistas orales se prolonguen durante unas diez semanas.
Sir Robert intentará determinar las causas de la muerte de Litvinenko, que el parte médico atribuyó a la ingestión del componente radiactivo Polonio-210.
Más arduo puede resultar el propósito paralelo de la investigación de fijar con absoluta certeza en quien recae la responsabilidad del ocaso del ex espía ruso, quien se instaló en Londres en noviembre de 2000 para después pedir asilo político.
La encuesta estudiará la posible participación de "agencias estatales de Rusia" y de "Inteligencia de Reino Unido" en el supuesto asesinato.
El ya fallecido oligarca ruso, Boris Berezovski, también está en principio bajo sospecha de intervenir en la muerte de su antiguo colaborador.
Otros posibles implicados, según se recoge en la web de la encuesta, apuntan al también colega de Litvinenko, el italiano Mario Scaramella, el ucraniano Alexander Tali, y la "mafia española". En procesos anteriores, se desveló que Litvinenko presuntamente trabajaba para las agencias secretas de Reino Unido y de España antes de su agónico final en un hospital de Londres.
