"Los dirigentes de nuestros Estados poseen voluntad política para desarrollar la cooperación entre nuestros países, que tienen un colosal potencial", declaró.
Tras afirmar que la etapa de transición ha quedado atrás en Egipto, el diplomático señaló que eso no dejará de reflejarse en las relaciones entre ambos países, expresando la esperanza de que "se desarrollen de un modo harmonioso, considerando los intereses mutuos". "Tenemos una sólida base para edificarlas, sobre todo debido a los buenos contactos entre nuestros presidentes", agregó.
Al Badri recordó que el comercio entre Egipto y Rusia creció el año pasado situándose en 3.000 millones de dólares. El grueso de este volumen correspondió a las exportaciones rusas de cereales y otros productos, mientras las egipcias se cifraron solo en 250.000 dólares, constató, reconociendo que existe un desequilibrio: a seis dólares de las importaciones les corresponde un dólar de las exportaciones.
El embajador informó que 3 millones 165 mil turistas rusos visitaron Egipto en 2014.