La investigación del diario de Nueva York apunta a un nuevo caso de sospecha de conflicto de intereses o tráfico de influencias, dado que el mandatario compró la propiedad en un exclusivo club de golf de un empresario que luego ganó contratos con su gobierno, Roberto San Román, quien convirtió a la ciudad de Ixtapan de la Sal en un destino turístico conocido por sus aguas termales, 120 km al suroeste de la capital.
Peña llegó a la presidencia en el 2012 luego de ser gobernador del Estado de México, y la firma de San Román ha ganado al menos 11 contratos federales, con negocios en varios estados.
Antes de que Peña llegará al poder, la empresa nunca había ganado un contrato del gobierno federal, de acuerdo con la investigación del WSJ.
La propiedad aparece en la declaración de bienes anuales del presidente en Ixtapan Country Club Gran Reserva, pero se desconocía la identidad del vendedor.
El portavoz de presidencia, Eduardo Sánchez, negó cualquier relación entre el éxito del constructor con contratos gubernamentales y la propiedad adquirida por el mandatario, mientras que la familia San Román no respondió a solicitudes del diario estadounidense para comentar el caso.
El presidente compró la casa en 372.000 dólares a precio de mercado y la transacción "no representa ningún conflicto de intereses", porque la relación del presidente Peña con algunos miembros de la familia San Román "se remonta a varias décadas", dijo el portavoz presidencial a pedido del diario newyorkino.
Peña ha sido amigo de la familia San Román durante décadas, señaló el portavoz presidencial al grado que miembros de la familia San Román asistieron a la boda de Peña en 2010, con la actriz de la cadena Televisa Angélica Rivera.
El caso es revelado luego de que la esposa del mandatario tuvo que poner en venta una mansión de 4 millones de dólares, debido a otra investigación de la periodista Carmen Aristegui —corresponsal de CNN y conductora del noticiario MVS-, quien reveló que la constructora de la casa era parte de un consorcio empresarial encabezado por una empresa estatal china que ganó un concurso para construir un tren rápido de 200 km de longitud, y cuyo contrato fue cancelado para evitar suspicacias en la licitación.