Según Safónov, la reducción del turismo de salida y su reorientación al interno se debe a la depreciación de la divisa nacional respecto al dólar y al euro. "El turismo interno creció entre el 30% y el 40%", dijo Safónov, explicándolo con el hecho de que "los viajes (al extranjero) para nuestros conciudadanos se encarecieron" a causa de que "los precios están fijados en dólares". El dólar y el euro marcaron los máximos históricos ante el rublo el pasado 16 de diciembre, alcanzando el dólar los 80,1 rublos y el euro los 100,74 rublos. Durante esa jornada, la moneda rusa sufrió una depreciación del 59% ante el dólar y del 55% ante el euro con respecto a comienzos del año.
A 20 de enero el Banco Central de Rusia estableció el cambio del rublo en 75,1 respecto al euro y en 64,9 respecto al dólar.
Conforme a los datos del Rosturism, a pesar de que los rusos redujeron los viajes a Europa y a varios países asiáticos, las direcciones turísticas, así como Grecia, Turquía y Egipto no pierden su popularidad. Asimismo, Safónov expresó la esperanza de que en un futuro próximo la coyuntura financiera permita aumentar el turismo de salida.