Tras una interrupción de algunos meses por problemas administrativos, los investigadores regresaron por segunda vez a este convento del siglo XVII, catalogado Bien de Interés Cultural, que hoy habitan 13 monjas de clausura.
El montañero Asier Izaguirre instalará una microcámara de visión, parecida a las endoscopias clínicas, que se utilizará para investigar uno a uno los ataúdes.
El autor de El Quijote murió en Madrid en abril de 1616 y sus restos fueron enterrados en el actual perímetro en el que se sitúa el monasterio y el templo.
Se busca un hombre de unos 70 años, prácticamente desdentado, con una patología en la mano y heridas en el pecho.
En esta segunda fase de búsqueda del escritor español más universal trabaja un equipo de unos 30 especialistas, entre antropólogos, biólogos, arqueólogos, especialistas en ADN, pero también arquitectos y topógrafos.
Este fin de semana los trabajos se centran en limpiar la cripta que mide diez metros de longitud, retirar la basura acumulada durante décadas y ventilar e iluminar la zona.
El examen de las tumbas empezará el próximo sábado 24 de enero. Antes de final de enero, se podría saber ya si entre las sepulturas está la del genio de las letras españolas.