Hace unos días confirmó nombramientos polémicos, como el de Kátia Abreu como ministra de Agricultura –considerada defensora de los intereses de la poderosa industria agropecuaria y muy criticada por los colectivos indígenas— y confirmó que un ministerio muy importante, el de Educación, estaría bajo la tutela de Cid Gomes, del Partido Republicano del Orden Social (PROS).
Ese nombramiento no gustó a muchos 'petistas', que lamentaron que Rousseff diera un ministerio tan relevante a un político de otro partido, por lo que con los nombramientos de este lunes ha intentado calmar los ánimos.
Un ejemplo es el nombramiento del nuevo ministro de Comunicaciones, Ricardo Berzoini, cuya designación probablemente gustará a los miembros del partido que defienden una mayor regulación del sector de los medios de comunicación, como el propio ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, pues Berzoini ha defendido en varias ocasiones esa necesidad.
Con 35 ministerios, entre ministerios propiamente dichos y secretarías con rango de ministerio, formar un equipo de Gobierno en Brasil no es tarea fácil; no sólo por el gran número de altos cargos sino porque el reparto constituye un delicado equilibrio de poder entre el PT y las formaciones que dieron apoyo a Rousseff en las pasadas elecciones.
La toma de posesión de Rousseff es el próximo 1 de enero, pero antes debe completar su Gobierno, y aún le faltan por anunciar otros 15 ministros.