"La creación y posible incorporación de esta arma no contradicen las cláusulas del Tratado START ni requieren la revisión del mismo", aseguró el militar en una rueda de prensa celebrada en Rossiya Segodnya.
Explicó que el Tratado START no prohíbe desplegar lanzaderas móviles y que las partes pueden determinar ellas mismas la composición y la estructura de sus fuerzas estratégicas.
"Lo importante es no sobrepasar los límites establecidos en cuanto al número de ojivas y sus portadores", subrayó Antónov.
Según se informó con anterioridad, Rusia está desarrollando trenes lanzamisiles como respuesta al programa norteamericano Ataque Global Inmediato, que prevé la posibilidad de asestar golpes al enemigo en cualquier punto del planeta en el plazo de una hora.
La Unión Soviética ya contaba con sistemas de misiles estratégicos montados en ferrocarril, pero fueron retirados del servicio operacional en 2005 en virtud del tratado de desarme nuclear START II, firmado en 1993 por los presidentes de EEUU y Rusia, George Bush y Borís Yeltsin.
El nuevo START III (2010) no prohíbe crear nuevos sistemas de misiles.