Muchos rusos ya han gastado sus ahorros en diciembre en un intento de salvarlos de la inminente desvalorización. La crisis del rublo que se produjo a finales del año será recordada durante muchos años.
Algunos lamentarán que hayan comprado dólares y euros cuando el cambio llegó a sus máximos. Otros sentirán la falta de recursos financieros tras gastar todo en electrodomésticos, muebles y coches extranjeros. Eso significa que pocos podrán hacer más compras importantes en 2015.
Los que pagarán las consecuencias de la volatilidad del rublo y de un mes de consumo disparatado serán las principales cadenas de comercio que ya han subido los precios, así como los productores extranjeros y rusos.
"El consumo bajará de manera radical en el primer trimestre de 2015 lo que a su vez será la causa principal de la caída del PIB", opina Kirill Linnik, un experto de la Escuela Rusa de Dirección.
"La desvalorización del rublo, la subida de los precios y el riesgo de perder empleo son los factores que presionan a los consumidores", considera el analista del QB Finance, Dmitri Kipa.