En concreto, Pezao informó de la necesidad de que los 2.700 miembros del Ejército y la Marina de Brasil, que desde abril de 2014 ocupan las 16 favelas de la Maré, permanezcan al menos durante otro año con sus labores de pacificación en las que está considerada como la región más peligrosa de Río de Janeiro y gran reducto del narcotráfico en una ciudad con más de 130.000 habitantes.
"Sé que se le ha exigido mucho a los soldados, pero haré una solicitud para que permanezcan durante un año más, así tendremos tiempo de formar un nuevo regimiento de policías militares", declaró el gobernador en la jornada del miércoles al anunciar su reunión en Brasília.
Con un costo aproximado de 640.000 dólares por día, la presencia de los militares en la zona debió haber concluido en el pasado mes de julio, sin embargo, alegando la incertidumbre durante las elecciones presidenciales de octubre, el gobernador consiguió que el Gobierno Federal aumentase el plazo hasta el próximo 31 de diciembre.
"La Maré tenía un nivel de violencia inimaginable y el narcotráfico dominó allí por 30 años, si no fuese por la ayuda de Dilma Rousseff y las Fuerzas Armadas difícilmente tendríamos éxito en nuestro programa de pacificación", expresó el pasado 29 de noviembre Pezao tras la muerte del militar, Michel Mikami, el día anterior durante su patrulla en la Maré.
La ocupación militar del Complejo de Maré forma parte del programa de instalación de las Unidades de la Policía Pacificadora (UPP) que desde el año 2008 intenta expulsar a las facciones de narcotraficantes para integrar los barrios de vuelta en la ciudad, especialmente de cara a garantizar la seguridad de Río de Janeiro de cara a los Juegos Olímpicos de Río 2016.
