El presidente de Uruguay, José Mujica, atacó frontalmente la estrategia punitiva contra las drogas, al ser galardonado en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, antes de viajar a la Cumbre Iberoamericana en Veracruz, México.
"Si quieres cambiar no puedes seguir haciendo lo mismo, por eso en Uruguay estamos ensayando, intentando otro camino", dijo al aludir el fracaso de la estrategia prohibicionistas que se ha desplegado por décadas en EEUU y varios países de América latina y el mundo.
Mujica recibió la presea Corazón de León en la FIL, donde explicó las razones de su gobierno para promover la legalización de la marihuana en Uruguay, aprobada este año por el Congreso, en una charla abierta con el periodista mexicano Ricardo Rocha, la cual asistió con un saco a cuadros y sin corbata
GALERÍA. José Mujica, presidente de Uruguay, durante su visita a la FIL hoy por la mañana http://t.co/NA9qw2P9dW pic.twitter.com/gbYVEeubpY
— FIL Guadalajara (@FILGuadalajara) 7 декабря 2014
"No sabemos el resultado que nos puede dar, pero sabemos que llevamos 70 años reprimiendo, y un tercio de los presos que tenemos son consecuencia o del tráfico de drogas", sostuvo Mujica, 79 años.
El ex guerrillero izquierdista de los años 70, quien estuvo preso 13 años, siete de ellos en aislamiento total, respondió a quienes esgrimen argumentos morales contra las drogas o lo ven como un asunto de seguridad y no como un tema de salud pública.
"Como cualquier adicción es venenosa, ¿quién va a estar a favor de la droga? –interrogó-, hay muchas cosas de las costumbres humanas con las que moralmente podemos discrepar, pero están allí, y lo peor que se puede hacer es tapar el cielo con un paraguas", ilustró Mujica, conocido por su estilo de vida modesto y hablar campirano.
Argumentó que la prohibición estimula la atracción: "parece ser una especie de atracción en el mundo juvenil inicial, es como si trajera como un misterio y esto se hace más penoso, recordemos que pasa con todo lo prohibido".
Narcotráfico, amenaza global >>
Consciente de que México ha vivido una guerra de siete años contra las mafias de las drogas, que ha causado casi 100.000 muertos y 22.000 desparecidos, desde 2007 a la fecha, Mujica llamó a "debatir públicamente temas como la legalización de la drogas, entre otros temas, no quiero que estén de acuerdo, sólo les pido que piensen".
En su recepción del premio, se refirió a la masacre de 43 estudiantes en Guerrero: "Yo sé que pasan por un momento difícil (en México), pero quieran a su país, siéntanlo, no se puede luchar por algo que no se quiere; comprométanse, quieran a su pueblo, es lo único que queda cuando nos vamos", dijo ante un auditorio abarrotado de jóvenes Mujica, quien pronto cumplirá 80 años.
"No me siguieron por guerrillero"
El presidente de Uruguay planteó que el Estado debe ser "el escudo de los pobres, lo único que hacemos en Uruguay es pararnos frente a los problemas de la vida, lo inevitable no se oculta, lo que se trata es de mitigar las consecuencias".
Explicó que en Uruguay la gente optó desde 2005 por el proyecto moderado de centroizquierda democrática del Frente Amplio, una coalición plural de decenas de grupos, desde socialdemócratas, a comunistas, pero señaló que la gente no votó por ser guerrillero o porque estuvo preso, relató para marcar sus diferencias con otros liderazgos caudillistas y personalistas.
La gente votó de nuevo por el Frente Amplio, que acaba de ganar este mes las presidenciales, para que Pepe Mujica le herede el cargo a su amigo ex presidente Tabaré Vázquez (74) "porque me preocupé por la comida de los pobres, por los problemas sociales que tienen, por la falta de techo, por las enfermedades, y no fue por mi historia".
Jugando con los personajes de la obra de Miguel de Cervantes, dijo que no puede haber Quijote sin Sancho, "la cuestión humana necesita fundamentos, sentido común, andar con las cosas concretas, pero la cuestión humana también tiene sueño, utopía, para mirar más lejos, un compromiso con el porvenir".
Reconoció, con modestia, los límites de su obra: "No hemos llegado a una tierra prometida, pero peleamos por esta, por los que nos comprenden y por lo que no nos comprenden, hemos aprendido que no hay ningún premio al final del camino, el premio es el camino mismo", reflexionó ex líder de la guerrilla Tupamara que dejó las armas y optó por la vía electoral, al final de la última dictadura uruguaya (1972-84).
Finalmente, dijo que en la vida se puede perder mil veces, "pero siempre, si buscamos, tenemos fuerza para volver a empezar, porque lo más lindo es que amanece siempre después de que pasó la noche, y recuerden que los únicos derrotados son lo que dejan de luchar", concluyó, para luego recibir una ovación.