"No justicia, no paz". El grito resonaba bajo el vértigo de pantallas gigantes de Times Square, en el corazón de Manhattan.
Cientos de manifestantes expresaban su rabia después de que un Gran Jurado haya decidido no procesar al agente de la policía local Daniel Pantaleo por la muerte de Eric Garner. Enfermo de asma, falleció el pasado 17 de julio a los pocos minutos de su detención. Había sido interceptado por la policía mientras vendía tabaco en la acera. No iba armado y, aunque discutió con los agentes, en ningún momento llegó a agredirlos.
A diferencia de lo sucedido con la tragedia de Michael Brown en Ferguson (Misuri) en el caso Garner existe una grabación de vídeo. En ella se aprecia claramente como fue sometido por los oficiales de policía con una llave de estrangulamiento prohibida.
"No puedo respirar", no puedo respirar", repite Garner una y otra vez mientras los agentes tratan de reducirlo. Esa misma frase, ese "No puedo respirar" agónico, se ha transformado en el lema de las protestas. De Union Square a la autopista Oeste de Manhattan la gente lo ha coreado una y otra y otra vez ante la mirada imperturbable de las unidades antidisturbios.
"Esta pelea no ha terminado. Acaba de comenzar. Estoy decidida a que se le haga justicia a mi marido, no tendría que haber muerto de esa manera. No tenía que ser asesinado de ninguna manera", ha proclamado su viuda, Esaw Garner.
En un editorial de urgencia el New York Times se pregunta cómo es posible que el agente Pantaleo haya sido exonerado después de que el Gran Jurado contemplase "el mismo video que todo el mundo: un grupo de oficiales de la policía de Nueva York reduciendo y matando a Eric Garner". También solicita que el agente sea despedido, pues "usó tácticas prohibidas para brutalizar a un ciudadano que no estaba actuando de forma beligerante, no presentaba riesgo de fuga, no portaba un arma y estaba en clara desventaja numérica".
Consternado, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ha señalado que la noticia ha dolido en toda la nación, al tiempo que recordaba la existencia de una investigación federal en marcha. También ha expresado su firme decisión de que la policía de la ciudad comience a llevar cámaras acopladas al uniforme, a fin de revisar su comportamiento en los casos más conflictivos. Poco consuelo para los manifestantes que de la Quinta Avenida a la entrada suroeste de Central Park levantaban los brazos en señal de duelo. "La vida de los negros cuenta", rezaban muchas de las pancartas que enarbolaron.