Un presunto sicario fue arrestado acusado de pertenecer al grupo narcotraficante Guerreros Unidos, que habría ejecutado la desaparición y posterior asesinato de 43 estudiantes de una escuela de maestros rurales a finales de septiembre, informó la Fiscalía Federal.
El supuesto narco Joel Ramón Severiano, apodado El Ramoncito, 22 años, fue detenido en los alrededores del municipio de Cocula, Guerrero, vecino de la ciudad de Iguala, dijo la Procuraduría General de la República (PGR).
Más de 70 policías y presuntos narcotraficantes han sido detenidos en las indagaciones judiciales en torno al caso que ha causado la peor crisis política del Gobierno del presidente Enrique Peña, entre protestas masivas marcadas con incidentes de violencia y disturbios.
La acusación original del detenido es por el secuestro de un menor, pero las indagatorias se extenderán hacia los ataques contra los estudiantes de origen indígena en Iguala, por su pertenencia al grupo criminal Guerreros Unidos, dijo a la prensa mexicana una fuente de la Comisión Nacional de Seguridad.
Esa organización del crimen organizado es un fragmento del debilitado cartel de los hermanos Beltrán Leyva, a la cual los policías de Iguala habrían entregado a 43 jóvenes de origen campesino, secuestrados y baleados por orden del alcalde de esa ciudad por policías y narcos aliados, la noche del viernes 26 y la madrugada del 27 de septiembre pasado.
El Ramoncito, ha sido sometido a interrogatorios sobre las fosas clandestinas encontradas en los cerros que rodean Iguala y Cocula (con al menos 30 cuerpos) y está bajo investigación en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SIEDO de la PGR).
De acuerdo con las pesquisas, los estudiantes fueron atacados cuando se trasladaban en dos autobuses repletos a una protesta contra la reforma educativa en la conmemoración anual de la masacre de los estudiantes en Tlatelolco, perpetrada por militares en 1968.
En las agresiones armadas resultaron 6 muertos, 20 heridos y 43 desaparecidos, que habrían sido asesinados, y sus cuerpos quemados en el basurero de Cocula y los restos lanzados en ocho bolsas de plástico a un río.
Dos bolsas con restos han sido rescatadas y enviadas a un laboratorio en Innsbruck, Austria, para su identificación, que podría tardar meses.
