Las autoridades rusas han recrudecido la responsabilidad penal por la fabricación ilícita de armas y explosivos, informa este jueves Rossiyskaya Gazeta.
El diario publicó la víspera una nueva ley federal que introduce cambios en el Código Penal.
A partir de ahora, los que fabriquen armas de fuego y artefactos explosivos en casa o en talleres clandestinos se enfrentarán a penas de hasta ocho años de cárcel.
En caso de que la persona formaba parte de un grupo delictivo, pasará 12 años en prisión.
También se castigará más severamente a los militares que no previnieron robos de armas o municiones.
Si el militar cometió tal negligencia mientras montaba guardia será confinado por dos años en el batallón disciplinario, considerado peor que cualquier cárcel.
Los analistas destacan que las medidas van dirigidas precisamente contra los poseedores, compradores y fabricantes ilegales de armas. Antes, se perseguía principalmente a los que cometían delitos utilizando armas ilegales.