La fiscalía general de Egipto exige la pena de muerte para el expresidente egipcio Mohamed Morsi y otros 35 exmiembros del movimiento Hermanos Musulmanes por presunto espionaje a favor de Irán.
La fiscalía acusa a Morsi y a sus partidarios de haber conspirado con organizaciones extremistas con el fin de desestabilizar la situación en Egipto.
Mientras estuvieron en el poder, Morsi y sus partidarios filtraron documentos secretos a servicios de inteligencia extranjeros, en particular de Irán, anunció el fiscal Emad el-Shaarawy.
Morsi declaró que no reconoce al tribunal. El juicio se reanudará el 26 de noviembre, informaron los medios de comunicación locales citados por la agencia AP.
Los Hermanos Musulmanes cayeron en desgracia después de que en julio de 2013 el Ejército egipcio depusiera al islamista Mohamed Morsi en medio de multitudinarias protestas contra su gobierno.
En diciembre, el nuevo Ejecutivo declaró a la hermandad organización terrorista.
Desde el verano pasado, los partidarios de Morsi celebran protestas exigiendo su restitución como jefe de Estado.
Muchas de esas manifestaciones desembocan en disturbios y enfrentamientos con la policía que se han cobrado hasta el momento cientos de vidas.
