El primer ministro británico, David Cameron, abogó por continuar el diálogo con Vladímir Putin, sobre todo en lo que respecta a la situación en Siria y a una estrategia concreta que permita poner fin a la guerra.
En su último encuentro con la prensa antes de retornar de la Cumbre del G20, el líder conservador defendió que "vale la pena continuar" con el diálogo y se refirió a Siria entre los contenciosos con "algunos criterios coincidentes" con el Kremlin.
"Rusia, como el resto de países, se enfrenta a la amenaza del terrorismo islamista y Siria es un vivero de este tipo de extremismo", observó Cameron.
El jefe del Gobierno británico desveló que Siria estuvo, junto a Ucrania, entre los temas que dominaron el encuentro bilateral que mantuvo en Australia con el presidente Putin.
"A pesar de nuestras profundas diferencias, vale la pena mantener el diálogo con Rusia y con Vladímir Putin", señaló en conferencia de prensa.
De acuerdo con Cameron, el G-20 ha reforzado la "unidad de propósito" en la estrategia y actuación de la Unión Europa y Estados Unidos para lograr una solución a la crisis en Ucrania.
"El presidente Putin sabe que está en una encrucijada. Si continúa desestabilizando Ucrania, habrá más sanciones. Pero también sabe que hay otro camino que podría tomar", advirtió el dirigente tory.
Cameron celebró la postura positiva del presidente Putin que, según le comunicó en su encuentro en Australia, considera "Ucrania un espacio político unitario".
"Ese espacio ha de ser respetado", recalcó.
El primer ministro ha trasmitido a los Comunes la postura del Kremlin sobre la unidad territorial de Ucrania y ha añadido que Putin no desea crear un “conflicto congelado”.
Pero segundos después ha recalcado que el presidente ruso será juzgado por sus “acciones, no por sus palabras”.
El jefe de los conservadores británicos cree que la UE y EEUU se enfrentan a "una prueba de resistencia y de voluntad política" para mantener la presión diplomática y comercial sobre Rusia.
"Las sanciones conllevan un coste, pero será más costoso permitir que se cree y se mantenga un conflicto congelado en el continente europeo", advirtió en defensa de una actuación de choque para frenar lo que los aliados consideran una intromisión en la soberanía de Kiev por parte del gobierno ruso.
El diputado de la izquierda laborista, Dennis Skinner, ha acusado a Cameron de “hipocresía” por imponer sanciones a Rusia y promover al mismo tiempo donaciones de oligarcas rusos al Partido Conservador británico.