"Lo hacen constantemente y esto causa perplejidad", dijo Peskov, al agregar que los ataques contra Rusia se centran en la personalidad del jefe de Estado.
Señaló que es difícil explicar "lo que ocurre en el plano informativo y en el caso de las sanciones", pero que "evidentemente se observa una tendencia antiputin".
En referencia a las posibles razones de esta tendencia comentó que un líder fuerte, capaz de aunar a la mayoría de la sociedad, es incómodo para aquellos que prefieren relacionarse con otra clase de países.
Las relaciones entre Rusia y Occidente empeoraron a raíz de la crisis en Ucrania y la adhesión de Crimea al territorio ruso.
La Unión Europea y EEUU pusieron en marcha un paquete de sanciones sectoriales contra Rusia, apoyado por varios países de Occidente, que se extienden a los sectores energético y de defensa.
Además, restringieron la financiación para varios bancos rusos con participación pública y congelaron los activos a decenas de políticos y empresarios rusos que tampoco pueden entrar en el territorio comunitario y estadounidense.
En respuesta, Rusia embargó por un año algunas importaciones agroalimentarias de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega.