El rey Felipe VI reclamó ayer en Oviedo una "España alejada de la división y de la discordia" en el discurso, el primero como Monarca, que clausuró la solemne entrega de los Premios Príncipes de Asturias, galardones que el año próximo se denominarán Princesa de Asturias, en honor de la infanta Leonor primogénita de los reyes.
El monarca defendió la Constitución como garante de la "convivencia en libertad", pero añadió que hay que "favorecer nuestra vida en común", enviando un clara alerta al presidente Mariano Rajoy que no es partidario de reformar la Carta Magna.
En uno de los pocos discursos que redacta el mismo Rey con su equipo y supervisa el Ejecutivo central y no al revés como es habitual, Felipe de Borbón se centró en sus dos máximas preocupaciones: el desafío secesionista catalán y el continuo goteo de escándalos de corrupción que ha provocado una división entre los ciudadanos y la élite política y financiera.
"Los españoles ya no somos rivales los unos de los otros, somos protagonistas de un mismo camino. Nuestra convivencia no es fruto de la improvisación", dijo.
El Rey insistió en los vínculos afectivos entre todos los españoles. "Estos sentimientos arraigados y compartidos de norte a sur y de este a oeste en nuestro territorio ni los debemos olvidar nunca, ni mucho menos perder". "Al contrario, los tenemos que preservar y alimentar", destacó.
Pero también recordó que "la sociedad necesita referencias morales a las que admirar y respetar; principios éticos que reconocer y observar; valores cívicos que preservar y fomentar", en referencia a la corrupción.
Entre los galardonados de este año destacan Joaquín Salvador, más conocido como Quino y padre de Mafalda, premio de Comunicación y Humanidades, o el escritor irlandés John Banville, premios de las Letras.
El Rey tuvo una mención especial para destacar los esfuerzos de la periodista congoleña Caddy Adzuba, Premio de la Concordia, y por el "dolor y angustia" que está generando, fundamentalmente en África, la reciente epidemia de ébola.
El rey pidió a la comunidad internacional "esfuerzos más eficaces, en la lucha contra el virus y contra su propagación mundial, así como en el tratamiento a los afectados". En esa lucha "brillan las historias ejemplares de entrega, generosidad y profesionalidad".
Mientras tanto en las calles de Oviedo, las fuerzas del orden bloquearon a cientos de manifestantes que participaban en las Marchas por la Dignidad.
