La presidenta Dilma Rousseff y el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Aécio Neves, parecen haber aparcado los ataques personales en la última semana de las elecciones presidenciales.
Anoche, durante el penúltimo debate televisivo previo a los comicios, ambos candidatos hicieron caso de las recomendaciones del Tribunal Superior Electoral (TSE), que pidió que se dedicasen a "discutir propuestas" y no a "enfrentarse verbalmente".
Utilizando la expresión "candidato" y "candidata" respectivamente, el debate trató cuestiones muy variadas entre las que destacaron el problema de la violencia, la corrupción y la economía.
"La candidata tiene problemas con los números", fue la fórmula elegida por Aécio Neves para negar los datos aportados por la candidata del Partido de los Trabajadores (PT) sobre la violencia en el estado de Minas Gerais, el segundo en número de votantes y protagonista en todos los debates al haber sido gobernado por Neves desde 2003 hasta 2010.
En cuanto a la economía, el líder del PSDB insistió que en 2014 la industria de Sao Paulo había comenzado a destruir empleo y que el país registraba "peores datos económicos que vecinos como Chile o Colombia", especialmente en lo que se refiere al crecimiento e inflación.
"A ustedes siempre les gustó cosechar inflación para recoger intereses", respondió Rousseff, que anoche volvió a insistir en la propiedad del programa "Bolsa Familia" irritando visiblemente a Aécio Neves.
Nuevamente, el candidato del PSDB aprovechó para recordar a Rousseff que no fue la inventora de muchos de los programas de los que presume, como las escuelas técnicas del programa "Pronatec".
"No consigo entender esa obsesión de tener programas para decir que son de su propiedad. Su gobierno no inventó las escuelas técnicas" insistió.
Finalmente, el escándalo de corrupción en la petrolera semiestatal Petrobras volvió a centrar los momentos más tensos del debate, especialmente tras las revelaciones del exdirector, Paulo Roberto Costa, que apuntan al difunto expresidente del PSDB, Sergio Guerra, como uno de los beneficiados de los desvíos de dinero público.
"La última vez que un detenido denunció a alguien de su partido, como en el caso del metro y los dos trenes, usted dijo que no confiaba en la palabra de un detenido", señaló Rousseff.
Por su parte, Neves insistió en que la presidenta, que el pasado sábado reconoció desvíos en Petrobras, debería haber actuado antes para atajar la corrupción en Petrobras: "Si la señora cree que efectivamente hubieron desvíos es que realmente confía en la palabra del detenido. Lo que no entiendo es porqué a lo largo de estos años no tomó ninguna precaución".
Tras el debate, ambos candidatos dispusieron de un minuto para lanzar sus respectivos mensajes a la audiencia repitiendo la fórmula "continuidad" o "renovación" que ha venido repitiéndose durante toda la segunda vuelta.