Javier Limón, el marido de la española contagiada con ébola, ha pedido esta tarde en una carta la dimisión del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Javier Rodríguez acusó a Teresa Romera, de 44 años, de haberse contagiado ella misma y de mentir a sus médicos al no decirles que había estado en contacto con los dos religiosos con ébola, fallecidos en Madrid en septiembre.
“Tenga pundonor y dimita” concluye la carta que ha sido leída por un amiga de la pareja en las puertas del hospital Carlos III de Madrid, donde está aislada desde hace una semana Romero. Quince personas más, que no presentan síntomas, permanecen bajo vigilancia en el mismo centro hospitalario.
“Me dirijo a usted para suplicarle desde la ignorancia de un soldador", escribe Limón, “para que me explique cómo se pone un traje, ya que desgraciadamente mi mujer no ha hecho un máster. Teresa ha tenido media hora o poco más para aprenderlo a través de una compañera, y una vocación y humildad de la que usted carece”.
El consejero madrileño de Sanidad había sostenido también que “no hace falta hacer un máster para ponerse un traje”, que Teresa Romero “no debía estar tan mal cuando se fue a la peluquería a depilarse” y además se fuera de vacaciones. Sus polémicas declaraciones han sido criticadas incluso por su propio partido, el conservador Partido Popular.
Tras minimizar sus afirmaciones, el consejero no ha vuelto a hablar en público, a pesar de que el primer caso de contagio de ébola fuera de África ha ocurrido en su región.
“Mire usted, señor consejero de Sanidad, nadie dijo que no pudiéramos hacer lo que hicimos, entre otras cosas porque el protocolo no nos dijo que no se pudiera hacer”, lamenta Limón. El protocolo de Sanidad vigente hasta este fin de semana establecía que los cuidadores se tomaran la temperatura dos veces al día durante 21 días. Y no imponía ninguna restricción de movimientos.
“Dice usted que nos fuimos de vacaciones, y que no estaría tan mala (no amigo, no estaba tan mala, solo tenia ébola) y que se fue a la peluquería” denuncia Limón.
“Cuando ahora sé que en otros países se pone en cuarentena a los sanitarios después de tratar a un paciente de ébola. Pero yo solo soy un soldador, pero entiendo que si se hubiera hecho esto, mi mujer posiblemente no estaría debatiéndose entre la vida y la muerte, Excálibur (el perro del matrimonio) estaría vivo, y todas las personas incluido yo que estamos aislados, no estaríamos en un peligro potencial ante la enfermedad”.
“Yo a diferencia de usted, no estoy bien comido porque mi mujer se debate entre la vida y la muerte y no me pasa la comida” en referencia a las palabras del consejero que, tras las críticas recibidas por sus declaraciones, se defendió diciendo que se podía marchar cuando quisiera porque “he llegado a la política bien comido”.
“También estoy mal bebido, porque ya no me quedan líquidos de tanto llorar” escribe el marido de Teresa, que sólo ha podido contactar con ella por Whatsapp.
La amiga de la familia precisó que ahora los médicos están más pendientes del “edema pulmonar” que sufre la paciente que del virus “porque parece que la enfermedad en sí está contenida". Según la amiga, la enferma está “muy animada y con ganas de salir adelante”. Las próximas 24 y 48 horas son cruciales para Teresa Romero.