El exministro español y candidato a Comisario europeo de Energía y Clima, Miguel Arias Cañete, tendrá que someterse el próximo lunes a otro examen por escrito sobre los intereses económicos de su familia en materia de energía, después de que no lograra convencer ayer a los eurodiputados en una tensa comparecencia.
Cañete deberá esperar hasta el martes para saber si ha aprobado el test, cuando voten cada uno de los europarlamentarios de las comisiones de energía y clima.
El exministro deberá explicar mejor los cambios que ha hecho en las empresas familiares de petróleo, con especial mención a la venta de acciones de las dos compañías petroleras en las que participaba y al papel de sus cuñados en las mismas. Ayer, en la audiencia celebrada en Bruselas, se limitó a negar la relación de su mujer o sus hijos con esas empresas, pero no aclaró la situación del resto de su familia a pesar de ser preguntado hasta en cinco ocasiones.
Toda la izquierda europea se mostró contraria, durante su intervención y previamente en una manifestación frente al Parlamento Europeo, a su designación como comisario. Incluso el grupo socialista europeo, ha exigido en un comunicado "más explicaciones sobre los conflictos de interés de Cañete antes de que se produzca ningún voto".
El papel de los socialistas es fundamental en esta votación porque podría ser definitivo al ser la segunda fuerza en el Parlamento Europeo. Hasta el momento, Los Verdes y la Izquierda Europea ya ha mostrado su no rotundo. También los socialistas españoles ya han avanzado que no le darán su apoyo.
Otro de los puntos más polémicos del exministro son sus comentarios machistas sobre su opositora en la campaña de las elecciones europeas. En la audiencia de ayer, el candidato a comisario comenzó pidiendo disculpas.
Si Cañete finalmente no resulta elegido como comisario, España probablemente se quedaría sin representación en Europa.