El rey de España Felipe VI cumple este viernes sus primeros cien días en el trono con un balance positivo en el que ha sido fiel a su eslogan de "una Monarquía renovada para un tiempo nuevo", tal como proclamó en su primer discurso en el Palacio Real de Madrid.
Tras regresar de su puesta de largo ante la comunidad internacional con un discurso ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Zarzuela no ha querido hoy hacer ningún balance porque ello "corresponde a los ciudadanos", pero reconocen que "las cosas ahora se hacen de otra manera".
La hoja de ruta de la joven monarquía española ya se marcó en su primer discurso: "La Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente su aprecio, respeto y confianza y, para ello, velar por la dignidad de la institución y observar una conducta íntegra, honesta y transparente. Solo así se hará acreedora de la autoridad moral necesaria para el ejercicio de sus funciones".
Desde entonces, el Rey ha encargado la elaboración de un código de conducta y ha prohibido a la Familia Real —compuesta por Felipe VI, la reina Letizia, sus dos hijas y los reyes Juan Carlos y Sofía- participar en negocios privados como los que han llevado a la imputación de su hermana Cristina.
También ha anunciado que se van a regular los regalos para evitar hechos como el del yate Fortuna cuando un grupo de empresarios pagó 18 millones para regalar el barco al rey. El Fortuna ha sido vendido este mes de julio por 2,2 millones de euros. Y, por primera vez, las cuentas reales tendrán una auditoría externa.
Según muchos analistas, el cambio ha sido en las formas y en los contenidos. En su primera recepción como Rey abrió "las puertas de palacio a colectivos que nunca lo habían pisado, como los homosexuales" recuerda hoy el diario El País. En sus tradicionales vacaciones en Mallorca "amplió la tradicional cena con autoridades a 300 personas, incluidos los estudiantes con mejor nota en selectividad. Desde hace 100 días posa paciente para cualquier selfie".
Sin embargo, el diario 20 minutos señala que "la reorganización interna de Zarzuela no ha supuesto grandes novedades y ha optado más bien por la continuidad. De hecho, no hay mujeres entre los altos cargos de la Casa. En otros aspectos, no obstante, la Casa del Rey ha dado pequeños pasos".
Con estas medidas, Felipe VI, de 46 años, intenta mejorar la imagen de una monarquía que, según los sondeos, los españoles veían con preocupación, tras algunos desaciertos de su padre Juan Carlos I y los escándalos de corrupción que rodean a su hermana Cristina de Borbón.