El nivel del mar en las costas españolas podría subir en el peor de los escenarios hasta 0,80 metros a finales de este siglo como consecuencia del cambio climático.
Así se desprende del informe "Cambio climático en la costa española" financiado por el Ministerio español de Agricultura y elaborado por especialistas del Instituto de Hidráulica de Cantabria. El estudio incluye los últimos informes sobre el calentamiento global.
El documento, que publica hoy el diario El País, señala que "la peor parte de la subida de las aguas se la llevarán los deltas del Ebro, Guadalquivir y Guadiana".
Hacia 2050, "para cualquiera de los escenarios considerados, gran parte de las playas de la costa española experimentarán retrocesos medios de 20 a 40 metros, afectando a un valor turístico de primer orden", el más importante en términos de generación de renta alertan los investigadores.
Sobre la actividad portuaria el informe destaca que "los puertos sufrirán alteraciones en sus condiciones de operatividad". Según recoge el diario, mareas meteorológicas, oleajes y vientos se producirán "en todos los puertos españoles o infraestructuras localizadas en la costa (energía, transporte, abastecimiento, saneamiento, etcétera), requiriendo medidas de adaptación durante las próximas décadas".
El diagnóstico que ofrece el informe sobre la costa española, especialmente en el Mediterráneo, no es nada bueno. "El 32% de la costa tiene niveles críticos de degradación ambiental, el 51% de las playas necesitan alguna actuación de restauración, el 70% de las dunas están destruidas o muy deterioradas", resume el informe científico C3E.
"El 40% de la costa mediterránea está urbanizada y el 57% de las playas están ya en entornos urbanos" denuncian los especialistas que advierten que "una tercera parte de la costa española tiene totalmente edificado su primer kilómetro de tierra desde el mar".
"Cuanta más presión ejercemos en la costa en forma de urbanización, infraestructuras o debilitación de los ecosistemas, mayor es el riesgo no solo por el aumento de la peligrosidad del cambio climático, sino también porque aumentamos la exposición y la vulnerabilidad", explica el director del estudio, Íñigo Losada.