La asesora de seguridad nacional del presidente de EEUU, Susan Rice, llegó ayer a Pekín en visita de tres días. Pese a las discrepancias con China en diversas ramas, EEUU tiene que estrechar sus lazos con el gigante asiático para impedir el surgimiento de una nueva alianza geopolítica de Moscú y Pekín, publica Kommersant.
El objetivo de la visita de Rice consiste en preparar la cumbre norteamericano-china a celebrarse en Pekín el próximo mes de noviembre y reiterar la voluntad de EEUU de estructurar las relaciones productivas con China.
El nuevo encuentro a máximo nivel será fruto de contactos intensos que los dos países mantenían a lo largo de este año.
En julio, estuvo en China el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, para participar en la sexta ronda del diálogo estratégico chino-estadounidense. Tras las conversaciones, las partes constataron avances sustanciales en la preparación del acuerdo que debe favorecer las inversiones recíprocas.
"Uno de los factores que obligan a EEUU a acercarse cada vez más a China es la crisis en las relaciones de Occidente con Rusia", opina el colaborador del Instituto de Lejano Oriente, Alexandr Lomanov.
Según el experto, los estadounidenses tratan de impedir que Moscú y Pekín forjen una alianza geopolítica y se esfuerzan por persuadir a China a sumarse a las sanciones occidentales contra Rusia.
No obstante, China dio a entender que desaprueba esa política aunque el conflicto de las partes beneficia a Pekín. "China tratará de sacar ventajas de la situación en que se metieron Occidente y Rusia", afirma Lomanov.