La política estadounidense de cambiar regímenes en los países indeseables tiene consecuencias graves que ponen en evidencia los casos de Libia o Irak, declaró hoy el embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin.
"Libia e Irak son ejemplos elocuentes ya que los estadounidenses se retiraron (de estos países) sin concluir los proyectos iniciados. Llegaron para cambiar el régimen, pero si uno se plantea tal objetivo, debe preparar nuevo régimen capaz de resolver las tareas que afronta el país", dijo el diplomático a la televisión Rossiya 1.
Rusia, según Churkin, en reiteradas ocasiones advirtió que "la ingeniería geopolítica tan burda tiene las consecuencias más graves".
Pero el más elocuente es el caso del Estado Islámico de Irak y el Levante, remarcó el embajador al calificarlo de "un reto sin precedentes" para el mundo entero.
El Estado Islámico, conocido antes como Estado Islámico de Irak y el Levante, y que anteriormente centró sus operaciones militares en Siria, en junio pasado atacó territorios del norte y el oeste de Irak donde se le unieron extremistas suníes, exmilitares del ejército de Sadam Husein y pequeños grupos terroristas.
El 29 de junio, el EI proclamó la creación de un "califato islámico" que se extiende desde Alepo, en el norte de Siria, hasta la provincia de Diyala, en el este de Irak.
El impetuoso avance de los extremistas provocó el desplazamiento de decenas de miles de personas.
Las operaciones de los islamistas causaron miles de muertos entre chiíes, cristianos y yazidíes de Irak, y decenas de miles de personas se vieron obligadas a huir de los territorios controlados por los yihadistas.