Un tribunal militar israelí ha imputado hoy a un miembro de Hamás, al que acusa de ser el cerebro del secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes el pasado junio, además de haber recibido fondos para la operación.
Husam Qawasmeh, de 40 años, está presuntamente detrás del crimen, que ejecutaron supuestamente Marwan Qawasmeh y Amer Abu Aisheh, cuyo paradero es desconocido desde el 12 de junio, cuando fueron secuestrados Eyal Yifrah, de 19 años, Gilad Shaar, de 16, y Naftali Fraenkel, también de 16 años.
Según los servicios de seguridad interna de Israel, el Shin Bet, Husam fue quien proporcionó a los autores del rapto y el asesinato el primer escondite en el que estuvieron, en una mezquita de la zona de Hebrón, donde el Ejército israelí realizó sin éxito centenares de redadas para encontrarlos.
El tribunal militar que ha imputado a Husam Qawasmeh aseguró que éste organizó el rapto a través de su hermano Mahmud, liberado en el intercambio de presos palestinos que Israel pactó con Hamás en octubre de 2011 para que dejaran en libertad al soldado Gilad Shalit, secuestrado en 2006. Mahmud fue deportado a Gaza.
Husam confesó en los interrogatorios que le hicieron miembros del Shin Bet que necesitaba fondos para una operación militar y recibió 220.000 shekels (algo más de 47.000 euros). Una mujer le llevó parte de esta cantidad en tres viajes y el resto le llegó a Husam por transferencia. El dinero se utilizó para comprar dos pistolas y dos fusiles M-16, además de dos vehículos.
El Gobierno israelí aseguró desde que se supo que alguien había secuestrado a los tres adolescentes que la cúpula de Hamás había ordenado el rapto. El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, aseguró que tenía pruebas de esto y que las mostraría, pero nunca las ha enseñado. El Shin Bet no cree que el secuestro y asesinato de los chicos fuera ordenado por los dirigentes de Hamás, aunque podría ser que el dinero utilizado viniera de ellos y lo podrían haber facilitado sin saber exactamente para qué se iba a utilizar. “Probablemente sabían que era para una actividad militar, pero no forzosamente, que se trataba de un secuestro”, dijo una fuente del Shin Bet, según el diario israelí Haaretz.
