El reciente incidente con el avión estadounidense P-8 Poseidon, acosado por cazas chinos durante una misión de reconocimiento cerca de las costas del país asiático, es solo otro episodio más de la “guerra invisible” que libran entre sí las dos potencias y que, según auguran los expertos, solo irá a más, escribe este jueves Nezavisimaya Gazeta.
Washington protestó oficialmente ante Pekín por lo ocurrido, aunque no aclaró qué hacía su aeronave llena de equipos electrónicos frente a las costas chinas. Y es que, según informaciones de The Wall Street Journal, el P-8 Poseidon estaba espiando a submarinos nucleares chinos.
El Pentágono sospecha que China está aumentando deprisa su flota de submarinos que incluye sumergibles de clase Jin armados con misiles balísticos. Al menos dos de ellos se emplazan en la isla de Hainan, en cuyas inmediaciones se produjo el incidente aéreo.
“EEUU pretende enterarse de lo que ocurre en la isla, pero China no quiere que EEUU lo sepa”, explica Chen Qi, experto en relaciones chino-estadounidenses del Centro Carnegie-Tsinghua.
Según el coronel general Víctor Yesin, exjefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Misiles Estratégicos de Rusia, la Armada china cuenta con cuatro submarinos dotados de misiles nucleares con un alcance de 8.000 kilómetros. Para 2020, el gigante asiático tendrá otros seis sumergibles, cada uno de los cuales portará 12 misiles con cabeza de reentrada múltiple.
Los expertos militares rusos destacan que Pekín quiere crear unas fuerzas armadas capaces de lanzar ataques en cualquier zona del Asia-Pacífico, así como defender los intereses económicos nacionales en África, América Latina y Oriente Próximo, regiones en que la inversión china supera ya los 400.000 millones de dólares.
Hasta la fecha, el país asiático nunca ha asumido el protagonismo en la resolución de conflictos pero se prepara para ese papel y por eso trabaja en crear su propia aviación estratégica y construye buques de guerra de distinto tipo. La Armada china amplía la geografía de sus maniobras, que últimamente tienen lugar frente a las costas de África y América Latina.
“En resumen, China se propone ser la segunda potencia no solo en el ámbito económico, sino que también en el militar”, concluye Nezavisimaya Gazeta.