Un ex miembro de la Banca Rothschild ocupará el cargo de Ministro de Economía en el nuevo gobierno de Manuel Valls, anunciado esta tarde en París.
Emmanuel Macron, un joven (1977) enarca ( Escuela Nacional de Administración) próximo al Presidente François Hollande, sustituye en el cargo a Arnaud Montebourg, uno de los tres miembros del gabinete anterior que perdieron su puesto por sus críticas a la línea seguida por el jefe del Estado y su jefe de Gobierno. Montebourg, representante de ala izquierdista del Partido Socialista, es sustituido por alguien considerado como social-liberal y que representa una visión completamente opuesta a su predecesor.
Macron trabajará en colaboración con el Ministro de Finanzas y Cuentas Públicas, Michel Sapin, que mantiene su puesto. Sapin es íntimo amigo de Hollande y con Macron serán los representantes de Francia en las negociaciones con Bruselas.
Otra de las pocas sorpresas del nuevo ejecutivo de Valls es el nombramiento de Najat Vallaud-Belkacem como Ministra de Educación e Investigación. Belkacem, hasta ahora Ministra de la Mujer, Deportes y Juventud, es la primera mujer en la historia de Francia en ocuparse de la importante cartera de la Educación. Najat Vallaud-Belkacem, de 36 años, es de origen marroquí. Sustituye en el cargo a otro disidente de la política de Hollande y Valls, Benoit Hamon.
Otra mujer de origen extranjero, Fleur Pellerin, nacida en Corea del Sur, será la nueva titular de Cultura y Comunicación. Toma el relevo de otra mujer, Aurélie Filippetti, que también emitió críticas a la política del Presidente.
El titular de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, el de Defensa, Stephan Le Dryan, la de Ecología y Energía, Segolène Royale, o la de Justicia, Christiene Taubira, se mantienen en sus puestos.
El nuevo Gobierno no cuenta con ningún representante del partido de Los Verdes, que ya se negaron a participar en el primer gabinete de Manuel Valls. Incluye sin embargo, a tres miembros del Partido Radical de Izquierda, que con 17 diputados en la Asamblea Nacional pueden ser decisivos para el voto en las leyes que el gabinete necesita aprobar.