El cambio de rumbo de las exportaciones es un grave problema para los productores de Estonia después de que Rusia restringiera las importaciones de alimentos desde los países que impusieron sanciones contra Moscú, admitió hoy el primer ministro estonio, Taavi Roivas.
“Las consecuencias para el sector agrícola de Estonia no tienen por qué ser tan fuertes que no sea posible compensarlas, al menos parcialmente, con exportaciones a Europa. Al mismo tiempo, no hay que albergar ilusiones de que las sanciones no logren afectar seriamente a varias empresas. El cambio de destino de las exportaciones podría ser un gran problema para ellas”, dijo en una conferencia de prensa.
El primer ministro recordó que el mayor rubro de exportación a Rusia, el 24%, son los productos lácteos.
Se suministra también un volumen importante de verduras y cárnicos.
El ministerio espera que las restricciones no hayan sido una gran sorpresa para empresas agrícolas de Estonia ya que los políticos y los expertos habían advertido tal posibilidad y expresaron la esperanza de que los empresarios tengan planes alternativos para exportar sus mercancías.
El pasado 6 de agosto, el presidente ruso, Vladímir Putin, embargó por un año ciertos tipos de importaciones agrícolas y de alimentos de los países que impusieron sanciones a Rusia. Asimismo encomendó tomar medidas económicas especiales para garantizar la seguridad y los intereses nacionales de Rusia.
La prohibición se refiere a leche, pescado, carne, frutas, verduras, frutos secos y embutidos. Esto no afecta la alimentación infantil y los productos adquiridos por los particulares rusos en sus viajes al extranjero.
La UE, EEUU, Canadá, Australia, Japón, Suiza y otros países impusieron sanciones contra decenas de individuos y entidades de Rusia por la adhesión de Crimea y la crisis ucraniana.