Las sanciones contra Rusia impuestas por Japón revelan su solidaridad con los socios estratégicos y a la vez demuestran que Tokio no quiere empeorar la relación con Moscú, considera el experto del Consejo ruso para Asuntos Exteriores, Dmitri Streltsov.
Este lunes, Japón aprobó sanciones contra 40 individuos rusos, así como contra las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y de Lugansk. Las restricciones afectan también a las empresas crimeas Chernomorskneftegas y luna planta de petróleo de Feodosia. Todas las mercancías producidas en la península están en la lista negra.
Streltsov considera que el Gobierno japonés sigue el curso político de sus socios estratégicos, ya que sus sanciones “no se adelantan a las de otros países de Occidente, son previsibles, pues Tokio no tiene ninguna posición especial con relación al conflicto en Ucrania. Japón no intenta tomar la iniciativa”.
“Japón no muestra ningún interés en empeorar las relaciones con Rusia (…) Además, las sanciones no afectarán seriamente nuestras relaciones comerciales, cuya estructura permite evitar la dependencia mutua”, destaca el experto, añadiendo que "por el momento no se ha hecho nada irreversible".
Japón fue el último país del G7 en aplicar sanciones a Rusia. Suspendió en marzo pasado las negociaciones sobre la simplificación del régimen de visados y canceló los debates sobre otros convenios. A finales de abril, anunció que denegará visados a 23 funcionarios de Rusia sin indicar sus nombres.
Desde que se agravó la situación en Ucrania, Tokio intentó mantener equilibrio entre la necesidad de apoyar en uno u otro grado las decisiones del G7 sobre sanciones y el deseo de no perjudicar las relaciones con Rusia que mejoraron durante el último año.
Anteriormente el ministro portavoz del Gobierno nipón, Yoshihide Suga, afirmó que el diálogo con Moscú se mantendría pese a las sanciones.
Según Streltsov, la posición de Tokio “debe analizarse en el contexto de sus relaciones especiales con Estados Unidos y su vulnerabilidad frente al auge económico de China”.
El experto no cree que EEUU tuvo que presionar al Gobierno nipón para que impusiera las sanciones. “Se trata del contexto general, de Japón se esperan muestras de solidaridad, y el país no puede quedarse rezagado”.
