Con la llegada del verano y los turistas a España se produce un aumento de las llamadas "rutas alcohólicas" y "party boats", especialmente en las ciudades mediterráneas.
Estas actividades no gustan a los gobernantes y dirigentes locales, que han afirmado en diversas ocasiones que dañan la imagen turística y que ya han provocado más de un altercado. Se plantea instaurar un código ético que frene estas prácticas.
El Ayuntamiento de Barcelona está intentando frenar este tipo de fiestas desde hace semanas.
“En el caso de las 'party boats, las fiestas en los barcos, se han detectado con mayor intensidad este verano”, afirma una portavoz a Nóvosti. "En el caso de Barcelona, hacen un recorrido aproximadamente de tres horas de travesía por el litoral de la capital catalana con mucho alcohol y casi siempre los turistas terminan en el agua en zonas no autorizadas. Desde el ayuntamiento estamos haciendo un mayor control y ya notamos un descenso de estas actividades”, sentencia.
Según la portavoz, el ayuntamiento “se ha coordinado con capitanía marítima, guardia civil, mossos d'esquadra y guardia urbana del puerto Olímpico para poner freno a estas fiestas que con tanto alcohol y en medio del mar, pueden ser peligrosas”, afirma.
Estas actividades de ocio, que tanto atraen a los turistas, son también muy habituales en las Islas Baleares.
La muerte de un turista polaco hace un mes al lanzarse al mar desde uno de los barcos que organizan estas fiestas en Ibiza, desató la polémica. Al encontrar el cuerpo, comprobaron que el joven había consumido alcohol y drogas y por eso no consiguió volver a la embarcación una vez en el agua. En este caso, el catamarán que organizaba la "party boat" no tenía permisos para realizar esta actividad.
El Gobierno balear está intentando controlar este tipo de ocio salvaje. “Es muy peligroso, estamos intentando establecer una normativa, especialmente de seguridad, para impedir que se realicen sin control, pero no queremos prohibirlas”, afirma una portavoz a Nóvosti.
Otro de los puntos más destacados son las llamadas "rutas alcohólicas" o "rutas de borrachera" en las ciudades con gran turismo, especialmente las mediterráneas.
La Ciutat Vella de Barcelona las vetó hace tres años, tras numerosas protestas de los vecinos por ruido y escándalo público. Sin embargo, y a pesar de las sanciones, estas rutas no llegaron nunca a desaparecer.
Lo mismo ocurre en las Islas Baleares, donde volvió a salir la polémica tras la publicación en los medios de comunicación las discotecas que realizaban, en el marco de estas rutas de alcohol, concursos de felaciones con copas gratis como premio.
Según una portavoz del gobierno balear, “diversos organismos públicos y privados se han reunido en varias ocasiones para intentar buscar una solución a esta cuestión”, informa a Nóvosti. Durante las últimas semanas, se han realizado varias inspecciones en estos locales.
Las Islas Baleares tiene previsto realizar un código ético, de buenas prácticas, para evitar que este tipo de turismo se convierta en la imagen del archipiélago balear.