Las cajas negras del avión de la aerolínea taiwanesa TransAsia han llegado hoy a Taipéi, donde los expertos intentarán descubrir las causas que motivó el accidente que provocó esta semana 48 muertos.
La prensa local ha informado que uno de los aparatos quedó dañado por el fuego que siguió a la caída del aparato. La investigación se centra en el lapso de cuatro minutos entre la petición de permiso del piloto para realizar el segundo intento de aterrizaje y el accidente, durante los cuales la visibilidad se redujo a la mitad.
“La tarea del Gobierno es aclarar las causas y dar una respuesta a la gente… Exigiremos a las autoridades correspondientes que mejoren las medidas de seguridad aérea”, ha expresado el presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, durante la visita a uno de los supervivientes.
Las tareas siguen en el lugar del accidente. Ya han sido identificados 34 de los cuerpos y un equipo de expertos dentales ha sido enviado para acabar con las tareas. Docenas de trabajadores con trajes aislantes desinfectaban hoy el lugar tras haber retirado ya todos los cadáveres.
Los familiares han lamentado que el avión recibiera el permiso para volar cuando las condiciones meteorológicas eran adversas. La gravedad de estas es motivo de debate con las autoridades, que repiten que eran suficientemente buenas para el aterrizaje según las normas internacionales. Un tifón había asolado la isla en las primeras horas del día pero ya se dirigía hacia China cuando se produjo el accidente y la fuerza de las tormentas había disminuido. Otros siete vuelos pudieron aterrizar sin problemas en la misma ruta del vuelo accidentado.
La aerolínea se ha disculpado desde las portadas de cinco diarios taiwaneses por la tragedia y mostrado sus “más profundas condolencias” por las víctimas. “TransAsia promete a los fallecidos, a los supervivientes y a sus familiares, al igual que a los residentes de Penghu que fueron heridos, que asumimos la máxima responsabilidad y haremos cualquier esfuerzo para gestionar las consecuencias y proveer la mejor compensación”, se leía en un comunicado a media página.
El vuelo había despegado desde Kaohsiung (sur del país) en dirección a la isla de Makong, pero hubo de intentar el aterrizaje en Huxi, la mayor isla del archipiélago Pescadores, por la falta de visibilidad.