China ha retirado hoy una plataforma petrolífera gigante que en los últimos meses había arruinado las relaciones bilaterales con Vietnam y originado una ola de sinofobia en el país del sudeste asiático.
Pekín ha aclarado que la retirada no responde a las presiones de su vecino sino a la finalización de la tarea y la proximidad de un tifón. Estados Unidos había calificado a la plataforma de “provocativa”.
China National Petroleum Corporation, la compañía estatal que gestiona las instalaciones, ha informado que han terminado las perforaciones previstas y que se ha detectado la presencia de gas y petróleo en el subsuelo. El próximo paso es analizar los datos recogidos antes de empezar con las extracciones en una zona “que reúne las condiciones básicas y potenciales”, según el comunicado. La plataforma, junto con la flota china, regresa ya a su base de la isla de Hainan.
Hanói pidió a China que no la acerque de nuevo. “Vietnam está determinado a defender su soberanía y sus derechos de acuerdo con la ley internacional”, ha afirmado el Ministerio de Exteriores en un comunicado.
Su instalación en las cercanías de las islas Paracelso había provocado la ira vietnamita. Hanoi esgrime las 130 millas marítimas que la separan de sus costas para defender su propiedad, mientras Pekín subraya que caen dentro de las 200 millas náuticas a partir de su plataforma continental.
Su llegada a principios de mayo provocó encontronazos entre barcos vietnamitas y chinos, con intercambio de choques y ataques con cañones de agua. Hanói acusó a las naves chinas de atacar sin miramientos y herir a seis de sus marinos, mientras Pekín sostuvo que Vietnam fue la primera en disparar y subrayó que sus barcos eran civiles y desarmados, mientras algunos vietnamitas eran militares.
El conflicto desató una criminal ola sinófoba. Decenas de miles de vietnamitas arrasaron fábricas y persiguieron a chinos en un pogromo que marcó el punto de tensión bilateral más alto desde la guerra de 1979. Pekín acusó a Vietnam de no proteger a sus nacionales. Ambos países, gobernados por partidos comunistas, mantienen vínculos estrechos que han germinado en una colaboración económica creciente.
China es ya el mayor socio comercial de Hanói y la inversión directa de Pekín superó el pasado año los 2.000 millones de dólares. Se desconoce si, tras la marcha de la plataforma, Vietnam cumplirá su amenaza de denunciar ante un tribunal internacional a China, como había anunciado su primer ministro, Nguyen Tan Yung.
Los conflictos territoriales se han multiplicado en los últimos meses en el Mar del Sur de China. Pekín reclama como suyo el 90% de su superficie, mientras otros países como Vietnam, Filipinas, Taiwán o Malasia también exigen su jurisdicción.