Aunque en 20 de las 160 “provincias” de la Iglesia anglicana se han ordenado ya a 33 mujeres como obispos, el voto del sínodo general permitirá que este año se ordene la primera mujer obispo con la total “bendición” de la Comunión Anglicana. El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, vaticina incluso que antes de una década será posible que una mujer acceda al primado de la Iglesia de Inglaterra.
Ayer, el cónclave anglicano, reunido en la ciudad de York, dio el visto bueno a la medida que introduce la igualdad de género en las altas jerarquías eclesiásticas, veinte años después de la primera ordenación de una mujer como sacerdote.
June Osborne, de 57 años, decana de la catedral de Salisbury, podría ser la primera mujer obispo, según los analistas. Minutos después de la histórica votación del lunes, Osborne declaró abiertamente ante las cámaras de la BBC: “Estamos ante un gran cambio no ya para la Iglesia, sino para toda la sociedad en su conjunto. Se trata de un paso firme hacia la igualdad real”.
Philippa Boardman, de 50 años, actual tesorera de la catedral de San Pablo no pudo ocultar sus lágrimas tras la victoria de la “igualdad de género”. En protesta por el “no” del sínodo hace dos años, decidió llevar siempre una capa de color púrpura (asociada con las altas jerarquías eclesiásticas). Ofició la ceremonia del 20 aniversario de las mujeres sacerdote y está también muy arriba en las listas de posibles mujeres obispo.
Otra que cuenta con grandes posibilidades es Vivienne Falull, de 59 años, licenciada en Historia por la Universidad de Oxford. Fue de las primeras mujeres ordenadas como sacerdote en 1994. Es decana de la catedral de York y fue capellán en las universidades de Cambridge y Oxford.
Una mujer negra, la jamaicana Rose Hudson-Wilkin, aspira también a romper moldes en las altas jerarquías de la Iglesia de Inglaterra. A sus 51 años, casada y madre de tres hijos, fue la primera mujer seleccionada como capellán en la Cámara de los Comunes. También ejerce como capellán de la reina Isabel II (considerada como la “gobernadora suprema” de la Iglesia de Inglaterra, en esta peculiar fusión de Iglesia y Estado que aún subsiste).
La siguiente en la lista de aspirantes es Jane Hedges, 57 años, canóniga de la abadía de Westminster. Muy cercana a la familia real, ha oficiado en ceremonias de alto perfil. Saltó a la fama como la primera mujer de la curia anglicana en dar la mano al papa Benedicto XVI.
Rachel Treweek, 53 años, “archidecana” en Hackney, es la candidata con un perfil más “social”, curtida en uno de los barrios más desfavorecidos del este de Londres.
Luvy Winckett, de 44 años, rectora de la parroquia St. James en Picadilly, es la más joven de las aspirantes, con un singular bagaje teológico y musical: fue cantante profesional e interviene frecuentemente como comentarista en la radio pública BBC4.