México y el Vaticano hicieron un llamado internacional ante la emergencia humanitaria de los niños migrantes, mientras Estados Unidos batalla con una ola de decenas de miles de menores centroamericanos y mexicanos detenidos por autoridades migratorias en los últimos meses.
“Agradecemos que la Santa Sede reconozca la importancia del fenómeno migratorio y que asuma un activo papel, para incluirlo como tema prioritario en la Agenda Mundial de Desarrollo Post-2015”, dijo el presidente Enrique Peña en un mensaje difundido este martes en su cuenta oficial de Twitter.
La declaración ha sido emitida en el marco del “Coloquio México-Santa Sede sobre Migración Internacional y Desarrollo” al cual asiste el Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, y una comitiva de alto nivel en representación del papa Francisco.
En un mensaje enviado al coloquio, el papa Francisco se refirió a la emergencia humanitaria por los niños migrantes ilegales en Estados Unidos: “Los niños cruzan la frontera en condiciones extremas y persiguiendo una esperanza que la mayor parte de las veces resulta vana”, dice el mensaje papal al encuentro.
El presidente de México dijo a su turno que “nuestro país considera a la Santa Sede como un gran aliado para impulsar temas prioritarios de la agenda internacional, contribuyendo a la construcción de un mundo más incluyente y más justo”.
“Por ello, reconozco que la participación del cardenal Parolin en el Coloquio México-Santa Sede sobre Migración Internacional y Desarrollo, ha sido muy enriquecedora para avanzar en la atención de un tema de la mayor relevancia y que el Santo Padre ha hecho una prioridad”, puntualizó este martes el mandatario en un comunicado de la Presidencia.
Llamado a la comunidad internacional
"Es necesario reclamar también la atención de la comunidad internacional para encontrar nuevas formas de migración legal y segura", dijo el pontífice en su mensaje leído por el nuncio apostólico en México, Cristoff Pierre.
El presidente Barack Obama ha solicitado al Congreso un presupuesto de emergencia de 3.700 millones de dólares para controlar la oleada de niños y adolescentes que tratan de entrar ilegalmente en Estados Unidos.
Desde octubre hasta junio la patrulla fronteriza ha detenido a más de 52.000 niños, cinco veces más que en 2011. Los menores llegan a Estados Unidos con la ilusión de la reunificación con sus padres, gracias a una reforma migratoria; pero esa iniciativa de Obama sigue congelada en el Congreso.
El cardenal Pietro Parolin clamó por “cambiar de la cultura de la cerrazón a la cultura de la acogida y del encuentro (…). La crisis de los menores migrantes no acompañados entre Centroamérica no se resolverá sólo con medidas legislativas o políticas públicas, por muy buenas que sean”.
El diplomático del Vaticano deploró las políticas diseñadas para “elevar las fuerzas de seguridad, por mucho que se reconozca la obligación de los Estados de defender sus fronteras”. “Se requieren estrategias mundiales, regionales y subregionales para dar atención a los fenómenos migratorios”, dijo Parolin.
El secretario de Relaciones Exteriores de México, José Antonio Meade, convocó a “desterrar la globalización de la indiferencia, en relación con el fenómeno migratorio y a tomar acciones corresponsables. No es humano ni justo el abismo que existe entre los derechos de los ciudadanos y las sombras en que viven los migrantes”.
Este mismo martes, el gobierno de México anunció la instalación oficial de la Coordinación para la Atención Integral de la Migración en la Frontera Sur, órgano federal en materia migratoria en esa zona.
México se comprometió a “diseñar y ejecutar programas de atención especial a grupos vulnerables de migrantes, como niñas, niños y adolescentes, mujeres embarazadas, víctimas de delitos graves, personas con discapacidad y adultos mayores”.
