Leung Chun-ying, Jefe Ejecutivo de Hong Kong, ha pedido formalmente a Pekín una reforma electoral que posibilite el sufragio universal previsto para 2017. El documento, redactado tras más de cinco meses de consultas en la antigua colonia británica, ha sido remitido al Comité Permanente del Parlamento de China.
La petición no calmará las protestas sociales que han sacudido la isla en los últimos meses porque ignora la pretensión crucial de los grupos prodemocráticos: que los candidatos sean elegidos directamente por el pueblo y no seleccionados por un comité influido por Pekín.
“El sufragio universal en las elecciones del Jefe Ejecutivo será un importante hito en el desarrollo democrático del sistema político de Hong Kong, con un importante impacto y significado histórico”, relata el documento.
Después explica que la “opinión mayoritaria” en la isla coincide con la suya y la de Pekín en la conservación del comité que ha estado operando desde que Hong Kong regresó a la madre patria. “Ese poder de nominación no puede ser debilitado o evitado directa ni indirectamente”. Esa fórmula no contenta a la corriente prodemocrática que denuncia una creciente influencia de Pekín en la isla.
Pekín prometió que Hong Kong celebraría un sufragio universal en 2017 cuando fue recuperada después de siglo y medio de ocupación británica. El proceso está previsto en la Ley Básica, la miniconstitución que rige las relaciones entre el Gobierno central e isleño, y que no incluye la libre elección de candidatos.
El documento ha sido enviado a Pekín cuando la sociedad hongkonesa vive sus momentos más convulsos. Casi 800.000 ciudadanos votaron el mes pasado en un referéndum a favor de una democracia genuina y, dos semanas después, medio millón se manifestó por el mismo motivo en las calles.
El sector prodemocrático amenaza con protestas masivas en el distrito financiero y varias firmas importantes ya han alertado de la posible huida de capital de la isla si continúan los problemas sociales.
