Cientos de universitarios de una veintena de países han unido fuerzas en la Iniciativa Estudiantil Internacional por el Pluralismo en la Economía (ISIPE) y han reclamado un cambio profundo en los planes de enseñanza.
Espoleados por economistas como Ha-Joon Chang (autor de “23 cosas que no te cuentan del capitalismo”) o Adain Turner (“Económicas para después de la crisis”), los estudiantes han unido fuerzas en dos conferencias en Londres y en Nueva York, bajo el lema “Rethinking Economics”.
“No hay una sola verdad absoluta admitida por todos los economistas, ni una teoría económica que haya demostrado ser superior a todas las demás. Por eso es tan necesario el pluralismo. Lo que se enseña actualmente en las universidades es una versión muy estrecha, sesgada y reduccionista”, advirtió Ha-Joon Chang en el cierre de la conferencia londinense.
En una carta remitida recientemente a los grandes medios los estudiantes opinan que hay que dejar que el mundo real vuelva a entrar en las aulas y con él vuelvan el debate y el pluralismo de teorías.
“No es sólo la economía mundial la que está en crisis, la enseñanza de Económicas está también en crisis y sus consecuencias van más allá de las aulas. Lo que se enseña en la Universidad moldea la mentalidad de las próximas generaciones de políticos, y por tanto da forma a la sociedad en la que vivimos”, advierten los universitarios.
La carta abierta está respaldada por 42 asociaciones de estudiantes de más de veinte países. La chispa de la “rebelión” surgió hace dos años en Manchester, con la creación del grupo Post-Crash Economics Society.
La mecha se ha propagado ya por Europa, Asia y América, aunque los grupos más influyentes están en Francia (PEPS-Economie) y en Alemania (Netzwerk Plurale Oekonomik).
Los estudiantes afirman contar también con el apoyo de varios profesores de universidades españolas como Carlos Berzosa, Fernando Luengo y Antoni Domènech. El objetivo es crear una red a escala mundial que impulse "procesos reales de cambios en los planes de estudio" como que el que está ocurriendo ya en el Universidad de Chile, uno de los centros más activos en Suramérica.