El inevitable cambio climático beneficiará a Rusia, que tendrá nuevos territorios habitables y podrá ahorrar en recursos energéticos, pronostica Vladímir Klimenko. El científico también menciona las desventajas del calentamiento global para otras regiones del mundo, escribe Moskovski Komsomolets.
“Rusia es un lugar único en el planeta que está en el epicentro del calentamiento global. Por eso, a lo largo del siglo XXI la temperatura media en nuestro país aumentará 2,5 grados, cifra que será aún mayor en Siberia y en el centro de Rusia”, dice el climatólogo, miembro corresponsal de la Academia de Ciencias de Rusia.
Curiosamente, este incremento de la temperatura no hará que los veranos rusos sean más calurosos, aunque sí más largos, indica.
En cambio, los meses de enero, febrero y marzo serán más templados, lo cual, según el investigador, es “mucha suerte”, ya que la calefacción supone la mitad de toda la energía consumida en Rusia.
“Cada invierno templado supone para Rusia un ahorro de 80 a 100 millones de toneladas de combustible, o unos 40.000 millones de dólares”, destaca Klimenko.
Para finales de este siglo, Rusia podría ahorrar unos 15.000 millones de toneladas de combustible.
Otro beneficio del calentamiento global consistirá en que el clima del Norte ruso se volverá más húmedo, con lo que aumentará la superficie de terrenos aptos para la agricultura.
El cambio climático también derretirá los hielos permanentes en un área de casi cuatro millones de kilómetros cuadrados que gracias a ello podrán convertirse en habitables.
Sin embargo, el científico advierte de que “no todos tendrán la misma suerte” y para algunas regiones del planeta el calentamiento se traducirá en graves sequías, como África o el Mediterráneo, o en devastadoras inundaciones.