El embajador ruso ante la UE, Vladímir Chizhov, insistió en la ausencia de pruebas de que el gasoducto South Stream esté violando la legislación europea.
“Nadie ha demostrado que (el tendido de la tubería) esté infringiendo las normas. De momento es solo una opinión de la Comisión Europea y sus dudas”, dijo el diplomático a esta agencia.
Agregó que el proyecto, probablemente, está molestando a los que quieren obtener el control sobre la red ucraniana de gasoductos.
“Entiendo que, probablemente, no le guste a quienes quieren hacerse con el control del sistema ucraniano de transporte de gas y lucrar con él, aprovechando su condición de semimonopolista en asuntos de suministro energético a los países de la UE”, dijo Chizhov.
Estas personas, prosiguió, no están interesadas en la diversificación de las vías de transporte del gas ruso a Europa que busca dejar fuera a Ucrania.
El proyecto South Stream es un sistema de gasoductos que transportarán el combustible ruso a países de Europa Central y del Sur a través del mar Negro y evitando el territorio ucraniano.
Desde diciembre de 2013, las negociaciones sobre el proyecto con Moscú corren a cargo de la Comisión Europea que considera que los acuerdos bilaterales de Rusia con los países por cuyo territorio pasará el tránsito –Austria, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Grecia, Hungría y Serbia– violan la legislación de la UE.