La gran gira europea del presidente chino Xi Jinping es una señal de que Pekín toma el rumbo a un “reinicio” de las relaciones con los Veintiocho para potenciar la cooperación económica y comercial, escribe hoy el diario Kommersant.
Esta gira europea destaca no solo porque es la primera para Xi en calidad de presidente de China sino también por su saturada agenda: comenzó el domingo pasado en La Haya y culminará con una visita a la sede de la UE en Bruselas el próximo 1 de abril.
Además, coincide con el viaje europeo del mandatario estadounidense Barack Obama. Los líderes de EEUU y China –las dos mayores economías del mundo que compiten por el mercado europeo mientras está superando la recesión– se reunieron en La Haya durante la Cumbre de Seguridad Nuclear y lograron evitar una nueva tensión en las ya de por sí complicadas relaciones bilaterales, en particular debido al reciente escándalo en torno al supuesto espionaje industrial de EEUU a las empresas chinas.
El principal objetivo de la gira europea del presidente chino es eliminar las discrepancias del pasado y prevenirlas en el futuro para crear un clima favorable para las empresas chinas en el Viejo Continente.
Un lugar aparte merece la visita estatal de Xi a Francia que comenzó el martes. Anteriormente, París suavizó sus críticas a Pekín por la situación del Tibet y los Derechos Humanos, pero esto se explica, según Kommersant, por las razones pragmáticas.
China es el segundo mayor exportador a Francia, mientras que el país galo ocupa solo el 18º puesto en cuanto a las exportaciones a China, un desequilibrio que París busca reducir. Además, espera firmar con Pekín una serie de contratos en los sectores aeronáutico, automotor, nuclear, biotecnológico y alimentario.
Después, Xi se dirigirá a Berlín donde se reunirá con la canciller Angela Merkel y otros altos cargos y firmará un importante paquete de acuerdos de cooperación en los ámbitos aeroespacial, agrícola y de educación.
“Ante la inestabilidad de las economías europeas y la creciente importancia de China, los líderes de la UE se resignan a hacer la vista gorda con los asuntos que solían complicar sus relaciones con China”, comentó a Kommersant el vicepresidente del centro ruso PIR de estudios políticos, Dmitri Polikánov.
Además, “a China le favorece el que ahora no es ella sino Rusia la que se perfila como el principal adversario de Occidente debido a la crisis ucraniana”, constató el experto.
