El primer ministro libio, Ali Zidán, negó que en el país árabe se haya producido un golpe de Estado.
El general retirado Jalifa Hafter dio anteriormente por suspendida la actividad del parlamento libio y el Gobierno del país.
Agregó que el poder pasaba a un comité presidencial, que encabezarán jueces de la Corte Suprema libia.
Matizó que lo que sucede en Libia no es un golpe de estado “tradicional”, sino un intento de “redireccionar la revolución libia”.
“Las palabras de Hafter no se corresponden con la realidad, es un mal chiste. El Gobierno no permitirá a nadie robar al pueblo su revolución”, dijo el primer ministro, al intervenir por la televisión.
Anteriormente, un portavoz gubernamental negó que los supuestos golpistas hayan tomado bajo su control barrios estratégicos de la capital.
Libia atraviesa una grave crisis de inestabilidad política desde el derrocamiento de Muammar Gadafi en 2011.