Occidente está aumentando su presión sobre Ucrania mientras que Rusia parece apartarse del problema; sin embargo, es probable que todo cambie cuando acaben los Juegos Olímpicos, escribe Nezavisimaya Gazeta.
El comisario de la Unión Europea para asuntos de ampliación y política de vecindad, Stefan Fule, se reunirá hoy con el presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, para convencerle de hacer concesiones a la oposición. El resultado se verá en la sesión extraordinaria del Parlamento del país que se celebrará los próximos jueves y viernes. Fule permanecerá todo este tiempo en Kiev y sus impresiones determinarán en gran medida las futuras acciones de la UE.
Kiev nota que Occidente y, ante todo, EEUU, está reforzando su presión. El martes, el Congreso estadounidense adoptó una resolución que insta a todas las partes en conflicto a abstenerse del uso de la fuerza a la vez que expresa su “apoyo a la lucha del pueblo ucraniano por construir una Ucrania independiente, democrática y fuerte”.
Es más, EEUU amenaza con sanciones personales contra los políticos ucranianos si no se detienen los agresores que actuaron en las manifestaciones ni se liberan los detenidos. El Europarlamento formuló la misma exigencia. La reacción de Occidente no se hará esperar en caso de que el equipo de Yanukóvich renuncie a la búsqueda de un acuerdo que satisfaga a la oposición y a los activistas de la protesta social.
Mientras, el Parlamento de Ucrania no consigue llegar a un acuerdo. Los diputados señalan que hasta el momento desconocen qué cuestiones se discutirán en la futura sesión extraordinaria. El jefe de la Agencia ucraniana de Modelación de Situaciones, Vitali Bala, afirma que tanto las autoridades como la oposición están implicadas en juegos políticos en torno a la reforma constitucional. En su opinión, es un signo de una visión inadecuada e inmadurez.
Para estimular a las autoridades ucranianas, la UE les prometió ayuda pero después de que formaran un nuevo Gobierno que fuera capaz de emprender reformas radicales. Las dimensiones y las fuentes de esta asistencia por el momento no se conocen.
Los medios ucranianos afirman que a Yanukóvich que afronta la amenaza de bancarrota y de una rebelión popular no le queda otra que aceptar las condiciones europeas. Parece que Ucrania dejó de esperar ayuda de Rusia que, según se considera, no concederá préstamos a un Gobierno que perdió el control sobre el país.
Sin embargo, Bala cree que se trata de una pausa y que una vez acabados los Juegos Olímpicos Rusia continuará sus negociaciones con Ucrania. No es de excluir que Moscú espere que las autoridades ucranianas se hagan menos exigentes a causa del deterioro de la situación.
Según Bala, Rusia está interesada en intervenir ya que un intento de las autoridades ucranianas de restablecer sus posiciones podría provocar el derramamiento de sangre que, sin duda, también afectaría a los vecinos. Las encuestas muestran que el 73% de los rusos están preocupados por la situación en Ucrania mientras que el 45% afirma que las acciones de protesta fueron orquestadas por servicios secretos de Occidente.