Este lunes una persona murió y siete resultaron heridas a raíz de explosión de una granada de mano echada a la sala de karaoke de un restaurante en la provincia de Songkhla. Otra bomba explotó a la entrada del restaurante sin causar víctimas.
Según la fuente, los separatistas planeaban sembrar el pánico y hacer llegar al lugar agentes de seguridad para que la segunda explosión causara el mayor daño a militares y policía.
Las cuatro provincias del sur extremo tailandés, Songkhla, Narathiwat, Yala y Pattani, son un escenario de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los separatistas musulmanes que desde 2004 segaron más de 6.000 vidas.