La oleada de violencia religiosa que vive actualmente la República Centroafricana ha causado desde el 5 de diciembre al menos 127 muertos y un centenar de heridos, informó la delegación local de la Cruz Roja.
Según el portavoz de la Cruz Roja, Antoine Mbaobogo, citado por France Presse, la mayoría de estas víctimas, 97, fallecieron en Bozoum, en el noroeste del país; 25 personas perdieron la vida en la capital centroafricana, Bangui, y las restantes cinco en Mbata, en el suroeste.
El portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados, Adrian Edwards, reportó con anterioridad al menos 600 muertos en los primeros días de enfrentamientos religiosos en el país africano. Por su parte, Amnesty International cifró a los fallecidos en casi un millar de personas.
La tensión en Bangui continúa pese a la renuncia del autoproclamado presidente Michel Djotodia, quien anunció su dimisión el viernes pasado. Un día después de su anuncio, la Organización Internacional para la Migración comenzó la evacuación urgente de miles de extranjeros que se encontraban en el país.
Michel Djotodia, líder de la guerrilla islamista Seleka, se autoproclamó jefe de Estado en marzo de 2013 pese a un alto el fuego pactado con anterioridad entre el Gobierno y la oposición. Los milicianos de Seleka tomaron el control de la capital y el derrocado presidente François Bozize huyó del país.
A principios del pasado mes de diciembre, Bangui registró violentos enfrentamientos entre islamistas de Seleka y rebeldes cristianos que, según datos de la ONU, obligaron a abandonar sus hogares a un millón de personas.
El presidente interino de la república, Alexandre-Ferdinand Nguendet, aseguró el lunes que el país recuperará pronto la normalidad.